En lontananza, un paisaje
impreciso me inquieta.
¿Qué depara el destino?
¿Es que he olvidado algo
importante?
Intento recordar… ¡Imposible!
¡Qué ingenuidad en mi niñez!
Sonreía por nada y todo me parecía maravilloso.
Mi mundo, mi pequeño mundo… ¿Qué
fue de él?
¿Dónde quedan las imágenes, los
sonidos, mis pocos recuerdos…?
Perdido en la bruma intento
aquietar mi mente alborotada.
No puedo.
Angustia, desazón…
¿Dónde estoy?
Oscuridad.
¿Dónde aferrarme?
¡Luz! ¿Dónde te encuentras?
Deja de llover. El intenso frío
remite.
¡Por fin un poco de calma!
Me asomo a la ventana de mi alma.
¿Por qué, oscuridad, no te alejas
para siempre?
Deja que el alba llegue al último
rincón de mi ser.
Cierro la ventana. Abro la
puerta. Doy un paso, otro más…
Sonrío, sin memoria, sin
recuerdos, sin futuro ni pasado, ¿para qué?
Respiro el aire fresco.
Olor a tierra mojada.
¿Necesito más?
La hierba bajo mis pies.
En lo alto, un sol ardiente aviva
mi cuerpo y mi alma.
Todo es efímero…, el pasado, el
futuro... incluso yo.
Doy un paso más.