Hoy,
es uno de esos días que costaba desperezarme.
Quizás el oscuro mundo de los sueños haya dejado un lastre difícil de desenganchar.
Sin recuerdos,
impresiones de nostalgias olvidadas,
nada más.
Sumergido en las profundidades marinas sin camino de vuelta.
Atrapado en aguas turbulentas,
mi mente divaga,
se pliega,
se ensancha.
Me falta el aire,
preciso respirar.
Miro hacia un cielo intuido,
en lo alto,
en mis adentros.
Oscuridad y silencio.
Me ahogo.
Finalmente abro los ojos,
la luz del alba entra en mi habitación,
en mi alma.
Sonrío.
Atrás queda una noche oscura, una más de mi alma.