Sumergido en las profundidades de la tierra,
escarbo con mis desnudas manos el barro
hasta alcanzar tus entrañas.
Vuelvo a tu seno, madre.
Déjame cortar el cordón que me une a ti...
Me ahogo, padre.
Sólo muriendo, vuelvo a vivir.
Otros mundos me esperan,
lejos de aquí.