Unas manos eligen varias piedras,
en su mente una idea: unirlas de algún modo.
¿Por qué no en vertical?
Frágil equilibrio.
¿Cuánto tiempo durarán en pie?
Minutos, quizás horas...
Una ola, antes o después, las volverá a diseminar,
puede que acaben enterradas bajo la arena de la playa.
Demasiadas preguntas.
No más interrogantes.
Ahora, sólo contemplo una forma que antes no existía,
eternamente cambiante... como la vida misma.
Mañana, al alba, las mismas piedras se unirán.
Otra figura efímera será una realidad.