Hay veces en la vida en que nos encontramos desnudos. Desnudos de recuerdos, proyectos… solos ante un instante que oculta cuando sabíamos o creíamos saber; los pilares se han hundido en arenas movedizas y aun así creemos estar vivos… Sentimos cómo palpita el corazón agitadamente intentando recobrar la calma que parece tan lejana y únicamente hace un instante estaba aquí. ¿Qué hacer, qué pensar, cuando te comunican que el final no es una posibilidad sino una certeza? En algún momento hemos podido desear acabar con todo, liberarnos de momentos de intensa angustia que parecen eternos… Pero, ¿y si nuestros deseos son escuchados y ponemos sin saberlo, en marcha, una maquinaria imparable?, ¿no querríamos volver atrás? Ya no se puede… Pero sí reconducir nuestro presente… Volver a amar la vida; el olor de una flor; la hierba mojada bajo nuestros pies descalzos empapándonos; mirar a quienes van de un lado a otro con prisas como si hubieran perdido algo. ¡Qué bello es vivir! Recuperar las ganas de levantarse por la mañana y escuchar ¡buenos días! acompañado de una sonrisa.
Hay noticias que parecen hundirnos y sin embargo puede que lleguen para que volvamos a sentir la vida y empaparnos de ella.
Mañana llegará, mas es ahora cuando todo puede cambiar y, quizás, la máquina se atasque por un tiempo más y, hoy, llegue a ser un gran día.