Dejé atrás mi tierra,
la bandada.
¿Dónde vas? Burlándose, me decían.
Cansado de la monotonía,
de sólo vivir para comer. Respondí.
Emprendí mi primer vuelo en soledad,
elevándome donde nunca antes pude llegar.
El inmenso océano por hogar.
Cansado,
con sueño,
planeando,
me dejé llevar.
Estoy aprendiendo a vivir
sin ninguna tierra tocar.
Soy hijo del viento,
nadie me puede domar.
Una voz acabó con mi aislamiento.
-¿Dónde vas, casi sin aliento?
-Practicando técnicas de vuelo.
-¿Te puedo acompañar si no molesto?
-¿Por qué no? Vayamos.
-¿Y por qué sola vas?
-No estoy sola,
voy al otro lado del mar.
Allí está mi bandada,
gaviotas solidarias.
Somos pocas mas vivimos en libertad.
-¿Me aceptáis?
-Conmigo ya estás.
¡Vamos, más allá!