Hoy amaneció nublado, quizás el Sol no tenía ganas de mostrar los rayos que otros días nos iluminan, o, algo peor, puede que no quisiera yo verlo.
No tengo el poder sobre las nubes y mucho menos sobre el astro rey, pero sí hay días en que poner el pie izquierdo, o derecho, en el suelo, cuesta.
Y si ningún rayo de luz atraviesa la ventana pues hago como el oso en invierno…, sigo envuelto en mí.
Hoy no tenía nada importante que hacer, un día como otro cualquiera.
Las noticias del mundo exterior no cambian, por desgracia, para la inmensa mayoría.
Es un día más, uno más, entre miles ya vividos por mis huesos.
Pienso en qué acabará todo esto. Qué secreto se mostrará que desperecemos de una vez.
Hay veces en que pienso que esta vida es un sueño y que un buen día despertaremos.